En Kibbi cultivamos de forma ecológica la variedad HAYWARD, la más conocida entre los kiwis verdes. Producimos unos 250.000 kilos al año, que vendemos entre los meses de diciembre a mayo.
El kiwi es un arbusto trepador de hoja caduca originario de las montañas de China, de la familia Actinidiaceae, del género Actinidia y especie deliciosa. Inicia su desarrollo en marzo, florece y se forma a finales de mayo y tras un lento crecimiento durante los meses de verano y otoño, llega a su momento óptimo de recolección en noviembre.
Durante los meses de diciembre y enero, se realiza la poda en las ramas que produjeron frutos en la temporada anterior. Esta práctica es fundamental para renovar y estimular el crecimiento de nuevas ramas, lo que asegura una mayor producción en la próxima temporada. Al terminar la poda, los restos se trituran ahí mismo para que la materia orgánica vuelva al suelo.
Tras el triturado de los restos de poda, en febrero y marzo, se lleva a cabo el amarre de las ramas restantes. Este proceso consiste en atar las ramas a los alambres o estructuras de soporte para lograr una buena separación entre ellas, de esta forma se logra una buena iluminación de los frutos, permitiendo así que alcancen un tamaño adecuado y una mayor calidad.
A medida que la primavera se acerca, comienzan a aparecer las yemas en las ramas. Este fenómeno se conoce como brotación. La cantidad de yemas florales que se desarrollan en esta etapa proporciona una primera estimación de la cantidad de fruta que se espera cosechar durante la temporada.
Las plantaciones de kiwi se componen mayoritariamente de árboles hembra, que son las que dan fruto, pero también son necesarios los árboles macho para la polinización.
En el mes de mayo, ambos florecen simultáneamente, y gracias a la valiosa labor de abejas e insectos, que, al alimentarse de néctar y polen, con sus cuerpos llevan el polen de la flor macho a la flor hembra, se produce la polinización, y tras ella, la formación del fruto.
Una vez que los frutos comienzan a desarrollarse, se realiza el raleo manual. Esta práctica consiste en eliminar selectivamente los frutos que presentan defectos o están sobrecargando la rama productora. El objetivo es permitir que los frutos restantes tengan suficiente espacio y recursos para crecer de manera óptima, obteniendo así una mejor calidad y tamaño.
Durante esta etapa, se presta especial atención al desarrollo y crecimiento adecuado de los frutos. Se implementan técnicas de manejo del huerto, como la adecuada ventilación para prevenir enfermedades y una planificación óptima del riego para garantizar que los frutos reciban la cantidad adecuada de agua y nutrientes.
En el mes de noviembre, cuando los kiwis han alcanzado un grado óptimo de madurez, se realiza la cosecha. Los agricultores seleccionan cuidadosamente los kiwis maduros y los recolectan manualmente para preservar su integridad y calidad. En este momento, los kiwis tienen un equilibrio perfecto de azúcar y una concentración de materia seca elevada, lo que garantiza un sabor agridulce, refrescante y delicioso.
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